martes, 20 de julio de 2010

Leer cuentos infantiles

De aquellos clásicos me hace sentir muy feliz, fairy tales... cuentos de Hans Christian Andersen, como "El yesquero" y los perros con ojos del tamaño de tazas de café, de ruedas de molino y de la Torre gigante; cuentos como "La Reina de las Nieves", "Los cisnes salvajes", "La princesa y el guisante"; cuentos de los Hermanos Grimm como "Los siete cuervos" y también de Perrault (el más perverso) con "Barba Azul" y el incestuosísimo "Piel de Asno", que no por ello deja de ser un hermoso cuento, fantástico.
Hace unos días encontré también un cuento que escuché a medias en preprimaria, era el de "Medio pollico"... para mi fue por casi 20 años el cuento del cuarto pollico. Ahora ya sé en que termina y es fabuloso. Nunca pensé que terminaría así.
En fin que me he dado a la tarea de rescatar esos viejos cuentos del olvido y he descubierto que los niños los siguen encontrando estupendos, al menos así me pasa con mis hermanos chicos.
Si alguno de mis lectores ocasionales recuerda el título de algún cuento que haya marcado su infancia por su genialidad, les ruego que me lo den a conocer.
Por el momento los invito a que lean también "El collar de la princesa Fiorimonde", de Mary de Morgan.
Saludos.

sábado, 12 de junio de 2010

Camión

Lo abordé como tantas otras mañanas, con el pelo todavía húmedo tras el rápido regaderazo madrugador, las ojeras bien marcadas, la cara lavada. En la mano derecha, como siempre, llevaba la credencial y unas cuantas monedas; en la izquierda, la bolsa y un dedo que contaba que fueran $4.50 exactos, pues ya sé que si le doy al chofer cinco pesos no me devuelve el cambio. Y resultó que no, sólo tenía cuatro monedas de un peso y una de cinco; ni hablar, le tuve que dar esta última y todavía me quedé con la mano extendida esperando mi cambio (¿será acaso que llevo ya tantos años viviendo en Monterrey que se me ha pegado lo "coda"?). Malamente, pues además de que ni en sueños iba a obtener la monedita deseada, el conductor dio tal frenón para pasar un tope, que se me zafó la mano del tubo que venía agarrando para no caerme y casi voy a estamparme contra el parabrisas. 
Por fortuna esto no pasó, pero decidí que lo mejor sería olvidarme de mi dinero y optar por mi seguridad, así que fui avanzando a través del pasillo aglomerado de gente en espera de que se desocupara algún lugar para sentarme.
El camionero seguía pisándole como alma que lleva el diablo y mientras todos los pasajeros saltábamos de un lado a otro; inlcuso a una mujer que iba dormitando se le veía dar tremendas cabezadas involuntarias. Finalmente se quedó vacío un asiento al final del camión y puesto que muchos de los pasajeros ya bajaban, no tuve problemas para ocuparlo. 
Tengo la mala costumbre de mironear a la gente que va en el camión. Una vez por ejemplo, me tocó sentarme al lado de una chica que en toda la hora que duró nuestro trayecto no dejó de maquillarse.  De su bolso salían y salían tubitos de labial y gloss; delineadores líquidos y de lápiz para labios y ojos; maquillaje líquido y polvo traslúcido; sombras de mil colores para los ojos; brochas grandes y pequeñas; un estuchito de rubor y finalmente un rizador de pestañas. Terminé mareada aquella vez.
En esta ocasión, me llamó la atención el hombre que iba adelante de mí. Se trataba del típico trabajador de obra, el clásico albañil: llevaba una playera blanca mugrosa de cemento, tierra y sudor al igual que los pantalones de mezclilla; la piel morena por el sol y sobre la cabeza una gorra roja promocional de un partido político de izquierda. El hombre no dejaba de mirar hacia la otra fila de asientos con una sonrisa extraña, y así anduvo volteando y volteando hasta que pasó por el pasillo una mujer que resultó ser la misma que iba dormidota. De repente hubo un nuevo frenón, pero no lo suficientemente fuerte como para que se cayera; sin embargo aquel hombre aprovecho para salvar a la damisela en peligro sosteniéndola de la cintura, que por cierto, llevaba medio descubierta por la blusa mostrando un vientre algo abultado.y guango Ella simplemente se le quedó mirando como sin saber si golpearlo o agradecerle y se bajó del camión.
Ahora la mirada del hombre cambiaba de rumbo: hacia la ventana, con la misma sonrisa; la mujer caminaba.
Yo también miré por la ventana y observé a un modelo que, sin camisa, presumía un bronceado seguramente adquirido en el Mediterráneo y me miraba también desde el parabús anunciando alguna fina loción francesa.
Y me puse a pensar: ¿Qué hubiera pasado si en vez de la mujer desconocida hubiera sido yo la que casi caía, y si en vez del albañil hubiera sido el modelo quien me rescataba? ¿Habría querido golpearlo? No lo creo. Pero es tan difícil saberlo.
Llegué a mi parada y me bajé ahora para abordar el metro. Me faltaban cincuenta centavos.

sábado, 24 de abril de 2010

Un día como hoy

Un día como hoy me enamoré de ti...
Sólo que no era hoy,
ni era domingo,
ni pasaba de la medianoche.
Sólo que no sabía lo que era un beso
ni lo que es amor,
ni te sentía tan lejos,
ni te lo sabía decir.
Sólo que no me di cuenta de cuando pasó.
Un día como hoy.

viernes, 16 de abril de 2010

La lluvia reflejaba mis lágrimas en el espejo lateral...

miércoles, 14 de abril de 2010

Si el cielo se cae, caminaré sobre él

viernes, 19 de marzo de 2010

Ejercicio fútil 1

Ayer soñé de nuevo con el océano, de noche, como casi siempre, obscuro y toda la cosa, yo casi ahogándome y sin embargo no fue una pesadilla porque estaba feliz de la vida con mi novio, mientras escuchaba la canción Love you to death. Así que los fantasmas que volaban a nuestro alrededor no me causaron el miedo acostumbrado, ni el estar cubierta por el agua hasta el cuello, lejos de la orilla de la playa, amarrada como estaba con mis piernas a su cintura.

¿Cuántas veces he soñado con el océano? Voy a hacer un recuento y si un psicoanalista lee esto tal vez me pueda decir que tan malita ando de la cabeza y que significa todo esto:
1. Una vez soñé que iba de vacaciones con mi familia a Veracruz (nunca he ido ahí, por cierto) y que aún caminando así, lejecitos de la playa, como quiera las olas nos alcanzaban (el cielo estaba gris), de manera que huiamos a una iglesia muy alta que estaba cerca, pero aún ahí el agua se azotaba contra el púlpito y el campanario.
2. No recuerdo si fue en el mismo sueño, pero también, con mi familia, el agua nos alcanzaba en un departamento en que supuestamente vivíamos, y cabe señalar que era en un quinto piso, pero nos salvaban las ventanas cerradas.
3. Soñé que estaba en el hotel en que nos hospedamos mis compañeros y yo para el congreso de la AFM y de repente llegaba una ola gigante que pasaba por encima de mi, y luego otra, y una más, pero ninguna me tocaba a pesar de que eran enormes, sólo me rodeaban.
4. Otro: Estaba de vacaciones igual con mi familia, caminando por la playa mientras veía como muchos niños volaban papalotes, de repente llegaba a una zona cercana al hotel donde habían muchas piedras contra las que se azotaban las olas. El cielo estaba gris, yo me metía al agua y de repente las olas me llevaban a chocar primero contra las rocas y después contra la pared del hotel.   

Hay muchos más sueños de océano en mi cabecita, pero por el momento dejo estos porque no me he bañado. Saludos :)

sábado, 6 de marzo de 2010

No eres tú, soy yo

No, no te amo.

No imagino mi vida
un segundo
a tu lado...

Pero morir...

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Tú: veneno de hiedra
en los labios.

Tú: asfixia un
minuto mil veces.

Tú: deseo
de hacerme pedazos.

Tú: ni siquiera a
mi perteneces.

Tú: desnudas
sin usar las manos.

Tú... motivo
de todas mis muertes.

martes, 2 de marzo de 2010

Contigo no busco la felicidad: busco el placer...

sábado, 27 de febrero de 2010

¿Por qué me ocultaré de ti amor?

miércoles, 20 de enero de 2010

Geburtstag

Hoy debería ser un día común y corriente como los demás, pero sucede que no es así, al menos no para mi ya que es mi cumpleaños.
¿Y luego qué? ¿Qué hace especial a un cumpleaños?

jueves, 14 de enero de 2010

Así que...

Ya me han advertido sobre ti, no te crees falsas expectativas con respecto a mí.
Me han hablado de tu ir y venir de mujer en mujer, como el protagonista de tu propia novela trágica de amor. Eliges bien a tus mujeres. Ellas se creen también personajes de cuento, de novela, quieren ser parte de ella.
Pero yo no creo en esas historias, así que no, no vengas.
Puedes añadir esto a tu novela.

lunes, 4 de enero de 2010

A ver, ¿que propósitos cumplí?

1- Seguiiiir amándote... Sí :)
2- Cambiar de casa ( o al menos de cuarto!)... NO
3- Conseguir catre, una cama pequeña, algo!... No, pero ya estoy bien donde estoy, me robaré la que tengo
4- Cabello por debajo del hombro... Zaz, esta casi casi, pero se me maltrata mucho el pelo largo... creo que un tiempo si lo tuve así.
5- Terminar la tesis!... NAT
6- Aprender francés... Nope
7- Aprender alemán... Nope
8- Mantener la línea... Sí!
9- Hacer una buena campaña cultural... Pfff
10- Leer más y aprender mucho... Esta sí, pero blah, siempre se puede más
11- Graduarme con honores... No contaba con que servicio social es materia, lástima margarita, ya será este año
12- Conseguir un buen empleo... tristemente NO

Así que veamos... 2009, te quedé a deber 8, jajajaja
más las del 2008... ¡mejor no hago cuentas!

Este año sólo me haré un próposito: Cumplir algunos de los própositos que me quedaron pendientes el 2008 y el 2009... y tal vez de los que arrastro desde 2007.

Éxito en este año nuevecito que empieza.

Te extraño

Hoy hace frío... vuelve ¿sí?