jueves, 27 de septiembre de 2007
lunes, 24 de septiembre de 2007
Sirenas...
De nuevo el mar, el océano cubriendo mi pesadilla.
El agua obscureciendo junto con el cielo, tormenta; diluvio de agua sobre más agua.
No se escucha el trueno, no se ve el relámpago. Todo es obscuridad y silencio... y yo sentada sobre la pequeña balsa, mirando a mis compañeros yacer muertos sobre la misma.
Solamente yo puedo mirar la ola levantarse y cubrir con su inmensidad las negras nubes...
El agua obscureciendo junto con el cielo, tormenta; diluvio de agua sobre más agua.
No se escucha el trueno, no se ve el relámpago. Todo es obscuridad y silencio... y yo sentada sobre la pequeña balsa, mirando a mis compañeros yacer muertos sobre la misma.
Solamente yo puedo mirar la ola levantarse y cubrir con su inmensidad las negras nubes...
Solamente yo puedo sentir la opresión del agua, pesada sobre mi cuerpo...
Solamente yo puedo ahogarme sin poder morir, sumergirme en el océano, viva y sin opción de escapar...
Es como si el océano fuera mi infierno, gigantescas y terribles sirenas mirándome inmóviles con fluorescentes y terribles ojos, cual marinas Furias, acechando...
Solamente yo puedo ahogarme sin poder morir, sumergirme en el océano, viva y sin opción de escapar...
Es como si el océano fuera mi infierno, gigantescas y terribles sirenas mirándome inmóviles con fluorescentes y terribles ojos, cual marinas Furias, acechando...
miércoles, 12 de septiembre de 2007
Sigo el rastro de tu piel, amor mío...
Durante el sueño, por la noche...
Sigo el rastro de tu piel, hasta despertar entre tus brazos.
Etiquetas:
Cotidianidad,
pseudo- poesía
jueves, 6 de septiembre de 2007
lunes, 3 de septiembre de 2007
larutanatural
"Life can only be understood backwards, but it has to be lived forwards." - Soren Kierkegaard
sábado, 1 de septiembre de 2007
Adiós...
Aquella noche él se fue sin el acostumbrado beso.
Ella, simplemente se quedó ahí, de pie junto a la puerta, esperando ingenuamente su regreso.
Después de casi veinte minutos de mirar fijamente hacia la calle, la realidad cayó sobre ella como una tormenta.
Aturdida y gris, entró al edificio, cerrando tras de sí la puerta.
De vuelta en su apartamento, se sirvió un escocés y sentada a la mesa de la cocina, encendió un cigarrillo.
En el piso de arriba, los vecinos discutían. "Qué ironía" pensó, "hace menos de dos meses ellos vinieron aquí indignados a reclamar por el ruido en casa." No pudo evitar sonreir amargamente al pensar en ello.
¿Cómo era que habían llegado a este momento? Al momento del no retorno, al momento de "ya no volveré a mirarte, tocarte, besarte,olerte, amarte, sentirte... es el final."
Una gruesa lágrima resbaló por su mejilla. No, no era por él que lloraba, no era a él a quien había perdido. Se había perdido a sí misma...
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