jueves, 21 de agosto de 2008

Todo lo que me queda es el infame rastro de un beso tuyo en los labios,
he extraviado la poesía, no recuerdo la alegría, he perdido el tacto...
Es extraño, pero aún entre la humedad de mis últimas lágrimas
puedo ver como mi cuerpo se ha marchitado...
ahora no sirve ni para alimentar a los perros,
ni siquiera a aquellos que son como tú.

2 comentarios:

fabián morales dijo...

ese infame se lo ha llevado todo

Anónimo dijo...

Ese tipo de cuerpos son los más atractivos, los que sólo necesitan un empujón para caer al vacío y conocer el fondo...